SEMANA SANTA CON VIRUS

Parecen que han pasado años luz desde los tres bellos días con el Mons. Delpini de Milán y las melodiosas notas de la sinfónica de Carquín.
Alegres las vacaciones de los chicos ya sea en la parroquia como en el Estadio 70, lleno de felicidad porque el Club Colombo había conquistado el derecho de jugar en la segunda división en la Liga de Huacho.
No se puede olvidar el dolor que se ha difundido en toda la Diócesis por la muerte a los 92 años de Monseñor Lorenzo León Alvarado, que por tres décadas ha guiado la Diócesis partiendo desde la reconstrucción de la Catedral, obra titánica gestionada con buen trato a la gente, con fuerza y serenidad en tiempos difíciles de Sendero Luminoso para dedicarse después a poner las bases de nuestra parroquia, con mucha atención en los grupos. ¡Tampoco se celebra la Misa del mes! ¡La tempestad del virus se acerca!
El dos de marzo reiniciaba el Curso Bíblico partiendo de la Creación con 30 entusiastas participantes incluyendo uno de 14 años. Parada forzada en el momento del pecado original. ¿Cuándo lo reiniciaremos, o me toca hacerla online?
Lo mismo ha sucedido con el Instituto San Francisco, escuela de italiano, con inicio programado para el 17 de marzo, ya en zona roja. Los intentos online se han detenido en Pavarotti que canta: “La mujer es móvil como la pluma al viento”
Más han sufrido los enamorados que habiendo fijado la fecha del matrimonio, dado el deposito a los restaurantes… el vestido blanco de la novia ha terminado en el cajón.
Tristes también los adultos que se estaban preparando para recibir los Sacramentos en tiempo de pascua. La iglesia ha cerrado sus puertas, ¿hasta cuándo?
Me detengo aquí, miles y miles programas se han suspendido, la Plaza de Armas también se debe conformar con las bancas vacías, sin ningún izamiento de la bandera de los domingos, ¿quién puede participar a los desfiles si todas las escuelas están cerradas?


EL CORONAVIRUS APLASTA A TODOS

Año nuevo, vida nueva, pero los chinos no han festejado la fiesta dedicada a la rata. Todo comenzó en China. Los canales televisivos empezaron a lanzar mensajes aterrorizantes.
Desde China a Italia con el diario La República del 10 de marzo, presentaba en su portada el Coliseo y un hombre con mascarilla: CORONAVIRUS PARALIZA ITALIA pero disminuye en China.
Perú comienza a preocuparse, invitan a la vacunación contra la influenza. El hospital Regional pone en las redes sociales una foto de padre Antonio que da buen ejemplo e invita a seguirlo.
El presidente Vizcarra lanza el primer grito de alarma e impone el primer stop el 16 de marzo, el virus ha llegado, una cosa seria.
Noche terrible fue el 20 de marzo: mi hermana mayor, la misionera Hna. Dalmazia es positivo, en zona roja de Turín. Toda una semana de mucho miedo, con la línea del teléfono en llamas. Pero ella se las arregla, está en cuarentena en casa, la esperanza crece cada día. ¡Me ha llamado!


PERÚ comienza su Calvario de 1 a 10, de 100 a 1000 sin detenerse. La receta italiana dice: YO ME QUEDO EN CASA. Me detengo yo también soy de la “cuarta edad” de alto riesgo.
¿La Misa? En casa con mi altar. El domingo con el Obispo en la Catedral. Y comienza una nueva estupenda aventura moderna: MISA EN TV. Aquí me toca hacer las cosas, conozco un amigo, Oscar Nazario que gestiona una televisión local, lo llamo y en un dos por tres se vuelve a encender la luz de la fe, con la primera Misa del domingo 22 de marzo. Los expertos tímidamente dicen, si, un buen inicio.
No digo las noches de insomnio que deben haber pasado los presidentes de las seis hermandades de la Semana Santa. También esta vez el Messenger se ha convertido en una vía importante, yo no puedo salir de casa y ellos tenían muchas preguntas por hacer, tanto por que el Presidente Vizcarra cada día apretaba los frenos.
Para la Misa del domingo 5 de abril los datos oficiales del canal 36 TV Huacho hablaba de 36,000 televidentes, sin contar con las emisoras radiales de Máxima y Paraíso. Miércoles 8 toca a mí celebrar con Jesús Nazareno.
A continuación la predica, mientras la situación empeora día a día.
Con el Papa esperamos la luz.
Felicidades al mundo entero que sufre y espera.


Don Antonio Colombo

Huacho, 9 aprile 2020

Traductora: prof. Maribel Félix Rosell